Pasar al contenido principal

Presentación de El Topo en presencia de Brontis y Adán Jodorowsky

El maestro Alejandro Jodorowsky, Invitado de Honor del 11º FICM, donde presentará su nuevo filme La danza de la realidad, duerme esta noche en Morelia. El preludio de su distinguida visita comenzó en Cinépolis Centro con la exhibición de El Topo (1970), una de las obras maestras que integran su extraordinaria filmografía. En la función estuvieron presentes sus hijos Brontis, actor y director teatral, y Adán, músico, quien exhibirá aquí su cortometraje El ladrón de voces.

Brontis Jodorowsky

Una vez terminada la proyección, Brontis Jodorowsky le brindó su tiempo al público para responder algunas de sus preguntas:

¿Cómo fue la experiencia de filmar esta película?
“Cuando eres niño no tienes dualidad, ni separación contigo mismo, es tu normalidad. Para mí era hacer una película de cowboys, vi cómo se hacen los balazos, cómo se hacen los trucos. En la filmación descubrí cómo se hacía cine, eso cambió mi manera de ver cualquier película. A los seis años y medio era un actor muy dedicado, me lo tomé muy en serio. Lo que aprendí es que cuando estás actuando tienes que estar en un estado de credibilidad total y no sólo saber lo que tienes qué hacer. Te diviertes y descubres todo. Más tarde, cuando estás en la vida del arte tienes que comprender la técnica y estar muy bien preparado para captar la espontaneidad.”

¿Dónde encontraron a los actores?
“Qué sorprendente, ¿no?, hay enanos, gente deforme, mutilados, pero esa es nuestra realidad. Alejandro abrió los ojos y miró. En el cine de México y Latinoamérica no se muestra eso, no existen en el campo de nuestra visión pero Alejandro los puso a cuadro. El artista no inventa algo, ve algo que tú no ves para ampliar tu visión del mundo. El arte es algo que nos abre los ojos aunque se defina de diferente manera para cada quien.”

¿Crees en la psicomagia y por qué?
“Sí, porque la he experimentado y he visto que ha sido eficaz para mí. He constatado su efecto en mi propia vida. A la gente le ha sido útil, no a todos, pero eso forma parte de la complejidad del ser humano. Cada uno busca las maneras de curarse para estar bien consigo mismo. Yo lo he empleado para mí, también para una de mis hijas. Aquí tengo a mi hermano Adán. Él sabe, hemos vivido en eso.”

¿Qué tanto influyó El Topo en ti como persona?
“Fue un modelo para mi búsqueda artística, pero ya que fui adulto. Yo nunca me sentí traumatizado por lo que pasó con mi personaje en El Topo. Una obra de arte es como un sueño. Todo lo que sueñas eres tú. Si ves la película con atención, descubrirás que el niño de El Topo, en esa escena, es Alejandro y el Topo es Jaime, su padre. El Topo es una historia y una película de fracaso. El Topo quiere evolucionar pero fracasa. No te preocupes tanto en qué me influenció a mí, sino en qué te puede influenciar a ti.”

¿Por qué en El Topo siempre estás desnudo y hasta el final ya estás vestido de fraile?
“Yo hice toda mi participación desnudo, pero al final no soy yo, es otro actor. En aquélla época ya era exhibicionista. Soy el actor exhibicionista, pero nada más en el cine. En la vida real me sé controlar. Esa pregunta es para Alejandro, yo puedo interpretar: es la inocencia, es la pureza, es el estado primero, es la belleza de un cuerpo. Yo lo interpreto así.”

¿Hubo un momento en que no te gustó El Topo? ¿Llegará un momento en que tengas la visión definitiva de ella o de cualquier obra de arte?
“Mira, cuando la haya vivido entera te cuento. Pero hay que darle vuelta a la página, no me voy a pasar la vida releyendo la película de mi papá.”

¿Cómo ves la imagen de tu padre, es un escalón o una sombra?
“Es que a mí me pasa algo genial, muchos años fui el hijo de, ahora –oh maravilla- soy hermano de, y más maravilla aún, mi hija es actriz y ahora ya soy el papá de. Mi padre nunca ha sido un escalón para mí. Colaboré con él hasta los 45 años, después de 20 años de carrera. Colaboramos de artista a artista. ¿Debe ser muy duro eso, no? Tener un papá conocido, creativo, a los 85 años haciendo cine, con la sala llena para ver una retrospectiva, un artista con espiritualidad y activo sexualmente… duro hubiera sido tener un papá que no tuviera imaginación, que no se preocupara por la educación de un ser, que no tuviera vida espiritual, que no supiera nada de arte, que dijera “no me molestes” cuando están pasando el Cruz Azul-América, ¿no? A cada cual su karma.”

Con esta actividad el FICM comienza a rendir tributo a Alejandro Jodorowsky e inicia la muestra de una selección de su exquisita filmografía. A El Topo le seguirán Fando y Lis (1968), La Montaña Sagrada (1973), Santa Sangre (1989) y el estreno nacional de La danza de la realidad. Bienvenido, maestro.