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Películas favoritas de Pedro Almodóvar

El British Film Institute publicó una lista de las películas españolas preferidas de Pedro Almodóvar. El cineasta comentó cada una de ellas, explicando por qué son filmes que valen la pena ver o cómo han influido en su trabajo. Para los que piensan que el cine español es limitado, Almodóvar nos da un amplio panorama que va desde los años 50 hasta realizaciones actuales.

Calle mayor (1956), de Juan Antonio Bardem
Tengo una debilidad por las películas que se centran en la vida rural de las provincias; supongo que es porque me las arreglé para escapar de ese tipo de vida. Calle Mayor es un melodrama sobre una solterona de las provincias. En los años 50 la soledad femenina siempre significaba la ausencia de un hombre. La historia es contada desde el punto de vista femenino – algo inusual en el momento-, en donde el deseo sexual reprimido es o se convierte en un objeto de burla. Calle Mayor es una obra importante que no sólo ha resistido la prueba del tiempo sino que ha consolidado su reputación.

Calle Mayor

El cebo (1958), de Ladislao Vajda
Seis años antes de Goldfinger (1964), el actor alemán Gert Fröbe actuó en esta extraña coproducción española-alemana-suiza, sobre un pederasta que mata a niñas en un bosque cerca de un pequeño pueblo suizo. Se podría decir que es una versión de Caperucita Roja. De hecho, El cebo pertenece al género del ‘thriller con niños y un monstruo’, cuyos antepasados más ilustres son M (1931), de Fritz Lang; Frankenstein (1931), de James Whale; The Night of the Hunter (1955), de Charles Laughton; e incluso El espíritu de la colmena (1973), de Víctor Erice. Cuenta con una espléndida fotografía en blanco y negro y un guión escrito por Friedrich Dürrenmatt. El cebo es uno de los pocos ejemplos de una película en la que una mezcla de diversas nacionalidades y talentos se cristaliza en algo hermoso y personal.

El cebo

El verdugo (1963), de Luis García Berlanga
El verdugo es una obra maestra absoluta; visto ahora, parece inconcebible que se rodó en 1963. Es una petición sorprendente en contra de la pena de muerte, disfrazada como una comedia costumbrista deliciosa y divertida.

El verdugo

La tía Tula (1964), de Miguel Picazo
Una vez más una solterona reprimida, pero en este caso se trata de una auto-represión. La tía Tula, felizmente inmersa en los rituales femeninos cotidianos- la iglesia, familia, inocentes reuniones con otras mujeres-  a la vez que vuelve su deseo sexual. Tula y su entorno son manifestaciones de una visión deformada, casi psicótica de la castidad y la decencia femenina. A pesar de que no contiene ninguna desnudez o escenas explícitamente eróticas, sólo en raras ocasiones el deseo sexual ha estado tan vivamente presente en el cine español como en La tía Tula. Para alguien como yo, que haría películas sobre mujeres solitarias, valientes, La tía Tula sigue siendo un modelo a seguir.

La tía Tula

El extraño viaje (1964), de Fernando Fernán Gómez
La película cuenta la historia real, aún sin resolver, de la extraña muerte de dos hermanos en una pequeña ciudad costera. A diferencia de otras películas, que se ubica en un medio rural, la obra de Fernán Gómez se desborda de humor negro. Es un ejemplo de ese peculiar neorrealismo español, menos sentimental que la versión italiana, que pone de relieve algunas de nuestras señas de identidad: humor negro, grotesco y, a veces, surrealista.

El extrano viaje

Peppermint frappé (1967), de Carlos Saura
Algunas películas se definen por medio de una dedicación simple, Peppermint Frappé es de Buñuel, abiertamente abraza la influencia surrealista. Un radiólogo monótono e insignificante de las provincias (un soberbio José Luis López Vázquez ) se obsesiona con la novia de su amigo de mucho tiempo, una chica moderna, fresca y muy libre, lo opuesto a él y a España en los años 60. La película se puede leer como una declaración críptica contra la represión y la hipocresía de la pequeña burguesía de la época, pero es más que eso; la historia podría haber sido levantada de una novela de Patricia Highsmith, donde la protagonista es una psicópata dulce que pasa desapercibida en el mundo que habita. Sus créditos técnicos son míticos para los cinéfilos españoles: Rafael Azcona co-escribió el guión con el propio Saura y Luis Cuadrado, el padre de la moderna cinematografía española, fue director de fotografía. Y una joven Geraldine Chaplin, en lo que para mí es una de sus mejores actuaciones.

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Furtivos (1975), de José Luis Borau
Furtivos es un fresco goyesco que tiene lugar en una colina y sus alrededores, un microcosmos de la sociedad española en el momento preciso que Franco estaba en su lecho de muerte. Una lectura simbólica podría ver al bosque como representante de la sociedad española, o el carácter de la madre, Martina, como una metáfora de nuestro país – feroz, inmortal, hipócrita, innato y asesino-. Furtivos mezcla dos géneros que raras veces se han abordado en el cine español: el western y el noir. El director José Luis Borau rinde homenaje a Buñuel por la elección de Lola Gaos para interpretar al personaje de madre feroz. Esta actriz con voz ronca y físico escarpado había trabajado con Buñuel en Viridiana (1961) y en Tristana (1970); en esta última interpretó a Saturna. Como Borau ha indicado, el nombre Saturna le dio la clave para el personaje de Furtivos, a modo de alusión a ‘Saturno devorando a un hijo’ de Goya.

Furtivos

Arrebato (1979), de Iván Zulueta
Arrebato fue filmado sólo cuatro años después de la muerte del dictador Franco en 1975, pero es casi como si nunca hubiera existido. La historia, despolitizada deliberadamente, se lleva a cabo en un Madrid cosmopolita. El protagonista es un director de cine de terror, engullido misteriosamente por su cámara de Super 8. Es una historia fantástica de autoinmolación; de dedicación a la heroína y el cine como principio y fin de todo, y también al lado oscuro como la única posibilidad de realización personal y de autoconocimiento. Arrebato es una película ‘maldita’ que nadie vio en aquel entonces y que ahora es un clásico moderno absoluto. Sus actores aparecerían en algunas de mis películas de los 80.

Arrebato

El sur (1983), de Víctor Erice
¿Es posible que una película sin terminar sea una de las mejores de la historia del cine español? Sí, y es El Sur. La segunda obra de Víctor Erice habla de una niña en transición a la adolescencia y su fascinación por su padre. Las relaciones entre los padres y sus hijos son siempre misteriosas. El descubrimiento del pasado de este mítico padre, la ternura y la sencillez de la puesta en escena de Erice, convierten a la película en un clásico instantáneo. Debido a los problemas de producción, con guión originalmente de dos horas y media, resultó de 96 minutos con emociones tan intensas que uno se queda sin aliento. Lloro cada vez que lo veo.

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Jamón, jamón (1992), de Bigas Luna
La película de Bigas Luna fue el debut de Penélope Cruz y la razón por la cual muchos directores, yo incluido, soñaban con trabajar con ella algún día. Los iconos más importantes de nuestra cultura están en Jamón, jamón: la tauromaquia, los alimentos, el control de la pasión, la sensualidad descarada, la lucha de clases, el hombre macho ibérico, jamón (también ibérico); y luego ese explosivo encuentro de dos fuerzas de la naturaleza que son Penélope Cruz y Javier Bardem. Jamón, jamón es una verdadera celebración de todo lo español. La película vale la pena sólo para ver a Penélope Cruz caminar delante de la motocicleta de Javier Bardem. Y por su humor – fresco, físico y que nunca se apagará-.

Jamón, jamón

Tesis (1996), de Alejandro Amenábar
Alejandro Amenábar debutó en estilo con este hábil thriller de suspenso sobre el mercado de imágenes violentas, en este caso los videos de asesinatos y torturas reales. Amenábar inventa una película de terror adolescente inspirada, anclada en un guión sólido, de la que brotan constantemente sorpresas a lo largo de dos horas.

Tesis

Blancanieves (2012), de Pablo Berger
Blancanieves es uno de los picos de cine español reciente, pero tuvo la mala suerte de ser lanzada un año después de The Artist (2011), una película muda que triunfó en todo el mundo. Pablo Berger, de hecho, había decidido años antes de filmar su visión personal del cuento de los hermanos Grimm: muda y en blanco y negro; el resultado es desgarradoramente hermoso. Blancanieves abarca freaks, el cine expresionista alemán, clichés folklóricos españoles (incluyendo la Carmen de Merimée). El experimento de Berger es, en mi opinión, la mejor versión cinematográfica del cuento de los hermanos Grimm, arriesgado y brillante en todos los sentidos. Y hay un maravilloso elenco de actrices españolas: Maribel Verdú, Ángela Molina, Inma Cuesta y la joven Macarena García.

Blancanieves

Magical Girl (2014)de Carlos Vermut
Carlos Vermut es la última gran revelación del cine español. No sólo es su segunda película, Magical Girl, una historia profundamente inquietante llena de misterio, sino también porque no se parece a ninguna otra película española. Vermut viene del mundo del cómic y es un devoto de la cultura japonesa. La película habla de las dificultades que tiene un padre sin trabajo que adora a su hija, una niña de 12 años de edad con leucemia cuyo sueño más grande es poseer el vestido que usa el personaje principal de la serie de anime japonesa que sigue fanáticamente. Cómo adquirir el dinero para comprar el vestido, convierte al padre en un criminal.

Magical-Girl