14 · 03 · 24

NO SUCUMBIÓ LA ETERNIDAD, RUSH HOUR, POTENTIAE, UNA CORRIENTE SALVAJE, EL SEMBRADOR y otras películas del 15° y 16° FICM

Rafael Aviña

En 2017, el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) celebraba sus 15 años con la presencia de Guillermo del Toro, que estrenaba La forma del agua, y con filmes de cineastas consagrados como: Andrey Zvyagintsev, Woody Allen, Aki Kaurismaki o Ildikó Enyedi, entre otros. Ese año competirían por el Ojo a Documental Mexicano la cifra récord de 15 películas. Rush Hour, de Luciana Kaplan, fue la triunfadora; una exploración emocional centrada en esos terribles periplos del ciudadano común sometido a largos trayectos para llegar a sus destinos; la enorme cantidad de horas en el transporte público o el automóvil y la visión de un mundo global congestionado por ese demoledor fenómeno urbano. El resultado es una inquietante reflexión social y un angustiante retrato del desplazamiento forzoso, en historias paralelas que suceden en la Ciudad de México, Los Ángeles y Estambul, editado por el notable Yibrán Assuad.

 

El Premio a Documental Realizado por una Mujer fue para No sucumbió la eternidad, ópera prima de la periodista Daniela Rea Gómez. La película es un devastador y emotivo retrato sobre la memoria y, a su vez, sobre la violenta situación del México actual y las desapariciones forzadas como signo de cotidianidad. Dos mujeres lidian con el instante fatídico en el que sus familiares se convierten en una triste estadística más. En 2010, el crimen organizado le arrebata a Liliana a su marido. En 1978, Alicia se cuestiona el paradero de su madre desaparecida por el Estado durante los oscuros años de la llamada Guerra Sucia.

Por su parte, lo primero que sorprende en Potentiae, de Javier Toscano (Premio Especial Ambulante y Premio Guerrero de la Prensa) es su rechazo a las convenciones del documental de autoayuda y discapacidades, y a la conmiseración del tema que abunda en las cintas de ficción al respecto. Se trata de un espléndido seguimiento de la confianza y el respeto que se establece entre un grupo de personajes con capacidades diferentes; algunos de ellos marginados por la miopía burocrática y la ignorancia de aquellos que solemos llamarnos “normales”. El tema es fuerte y duro, conmovedor y estrujante, y Toscano saca partido de él con sensibilidad e inteligencia. El Premio del Público fue para Regreso al origen, de María José Glender, sobre el aislamiento de un hombre en una montaña; y, una Mención Especial para el mediometraje Artemio, de Sandra Luz López.

 

Con el telón de fondo de Roma, de Alfonso Cuarón, y Cold War, de Pawel Pawlikowski, entre otros excepcionales filmes de 2018, la edición 16 del Festival otorgaba el Ojo a Documental Mexicano a Una corriente salvaje, de Nuria Ibáñez, un bello relato de sensualidad, solidaridad y amistad, protagonizado por Chilo y Omar, dos hombres que comparten la soledad de una playa, la rutina cotidiana de la pesca para sobrevivir y un amor por encima de lo carnal, donde los límites entre lo masculino y lo femenino se difuminan al tiempo que lidian con la caprichosa calma de un universo  natural alejado del ajetreo de la urbe, bajo el quemante sol y la plática de esos dos seres entregados al paisaje que los cobija.

En cambio, El sembrador, de Melissa Elizondo, egresada de la ENAC, fue merecedora del Premio del Público, el Guerrero de la Prensa y al Premio a Documental Realizado por una Mujer. Se trata de un bello y sensible acercamiento a la enseñanza rural que ejerce el entusiasta y joven profesor Bartolomé, quien consigue despertar el interés y el amor por la educación en un grupo de chiquillos que, sin tener nada, tienen todo, en otro entorno donde, día a día, la naturaleza los abraza, muy opuesto a los estrechos límites de los colegios citadinos. Un retrato sencillo, poético y, al mismo tiempo, profundo de todo aquello que los gobiernos hoy en día rechazan: la cultura del amor por las letras y el pensamiento que irremediablemente llevaría a la felicidad.

 

Por último, Ya me voy, ganadora de una Mención Especial, coproducción mexicana-estadunidense de Lindsey Cordero y Armando Croda, combina el documental con elementos del cine de ficción, un humor agridulce y un tono melancólico al mismo tiempo, que se aleja del melodrama sobre el amor al terruño y la condición de los inmigrantes más allá de la frontera con los Estados Unidos. Una suerte de reflexión entre nostálgica y humorística en la que un hombre recorre las calles de Brooklyn reflexionando sobre el destino de su vida, la familia, el hogar, la soledad y el amor; y M, de Eva Villaseñor, obtuvo el Premio Ambulante: es el retrato de Miguel Ángel Villaseñor, su hermano, afamado rapero de Aguascalientes conocido como Tankeone; sus problemas de adicción y su entorno musical y de violencia cotidiana.