04 · 09 · 23 Michoacán, una parada imprescindible en la vida de las tortugas marinas Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Cada año, Michoacán es el escenario de uno de los fenómenos naturales más impresionantes: la llegada de las tortugas marinas. Playa Azul, Colola e Ixtapilla son los puntos de reunión de las hembras para depositar sus huevos. El estado recibe anualmente tres de las siete especies de tortugas marinas que existen en el mundo: Laúd, negra y golfina. La primera, la más grande de todas, puede llegar a medir casi 1.80 metros y pesar hasta 500 Kg, mientras que la golfina es la más abundante y pequeña con menos de 80 cm y un peso de alrededor de 40 Kg. La tortuga negra, por su parte, rinde homenaje a su nombre por la coloración de su caparazón, aunque en otras regiones suele ser de verde pálido, oscuro o amarillo. Michoacán es testigo de la gran travesía de las tortugas marinas. El fenómeno migratorio ocurre en diferentes momentos a lo largo del año dependiendo de la especie que visita las costas, aunque octubre es el mes con más movimiento en la región. la golfina arriba entre junio y diciembre, la negra entre octubre y diciembre, y la laúd entre diciembre y marzo. Las posibles amenazas que las tortugas pueden llegar a enfrentar durante el proceso motivaron a la comunidad a sumarse con diversas acciones en pro de su protección y conservación. Las tortugas marinas juegan un papel fundamental para asegurar la salud de los océanos y el equilibrio ecológico. Sin embargo, actualmente están en peligro de extinción. Michoacán, por su parte, cuenta con algunos santuarios de tortugas marinas reconocidos por la Federación, así como campamentos que se encargan de asegurar el cuidado de los huevos y, posteriormente, contribuir a la liberación de las crías.