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Mejor Trabajo Indígena en la Filmoteca

[imagen]El martes 21 por la tarde se llevó a cabo la exhibición, en la Filmoteca Nacional, del Premio al Mejor Trabajo Indígena, reconocimiento que entrega por primera ocasión el Festival Internacional de Cine de Morelia.

Además de la proyección del corto ganador, El lugar de las nubes y algunas palabras perdidas (Snuu viko) de Nicolás Rojas, se mostró el documental Reencuentros: entre la memoria y la nostalgia de Yolanda Cruz

El lugar de las nubes y algunas palabras perdidas (Snuu viko) es una docu-ficción que tiene como eje central a Emilio, un niño mixteco que se encuentra en la encrucijada de seguir hablando la lengua de sus ancestros o concentrarse solo en el español. El conflicto surge frente a la presión social que cada vez exige más el predominio del español mientras que sus raíces lo incitan conservar sus tradiciones.

Al término de la proyección Nicolás Rojas y la productora, Nefertiti Ramírez, establecieron un diálogo con el público el cuál giró alrededor de tres preguntas: si habían tenido algún apoyo institucional para realizar su trabajo, cuanto tiempo les había tomado realizar el trabajo y sobre la lengua mixteca.

“Aquí y en Morelia a la gente le interesó el tema y el hecho de que la película se hablara en una lengua autóctona, eso le interesó mucho a la gente; les gustó que el desarrollo de la historia que era guiada por el niño y que la intención del trabajo no fuera un reclamo al gobierno sino concientizar a la sociedad de todo lo que se está perdiendo. En Oaxaca hay todavía 17 lenguas que se hablan con sus variantes. Para nosotros el hecho de rescatar una lengua es ya muy importante. Nos llama la atención como preferimos hablar otros idiomas y las lenguas madres se desprecian. Hay que revalorizar nuestras raíces, tradición y cultura. Siento que si le llegó el mensaje a la gente,” dijo Nefertiti.

La filmación les llevó cerca de un mes, “repartidos en varios días porque no podíamos rodarlo el mes completo por nuestro trabajo, escuela, etc,” explicó Nicolás. Sin embargo para poder terminarlos se tardaron entre dos y tres años más: “no teníamos ningún apoyo así es que, cuando se nos acababa el dinero, teníamos que parar la producción. También nos detuvo la música porque queríamos que fuera original porque Nico no quería que utilizáramos la tradicional música de banda. Él pensó que la música más adecuada era como de acordes, que apelara más a los sentimientos, que le llegara a la gente,” agregó la productora.

“Si, porque las bandas no son autóctonas de los pueblos. En Mixtepec la única música que existe son las Chilenas que vienen de la tradición de la costa. Se le conoce como ya si o música alegre; por eso no la podíamos utilizar porque en realidad es para bailar, para las bodas,” aclaró Nicolás.

La razón por la que carecieron de apoyo fue porque “la idea les gustaba pero cuando estábamos a punto de empezar nos decían que ya no se podían, que el recurso lo tenían que destinar para otra cosa. Se nos cerraron las puertas, pero para nosotros fue un incentivo el hecho de que no creyeran en nuestro proyecto, decidimos que con mayor razón lo teníamos que hacer.”

El realizador también agregó que al término de la proyección fue cuestionado sobre la lengua mixteca: “nos preguntaban si había forma de escribir el mixteco.”