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FICM lamenta la muerte de Carlos Fuentes

A lo largo de su carrera, Carlos Fuentes publicó más de 60 obras, incluyendo novelas, cuentos cortos, ensayos y guiones. Nacido en Panamá el 11 de noviembre de 1928, de padres mexicanos, pasó su infancia en varias capitales latinoamericanas debido al puesto diplomático de su padre. Comenzó su vida escolar en Washington D.C. y fue aficionado a la escritura desde pequeño.

Después de cursar la carrera de leyes y trabajar como periodista, publicó su primera colección de cuentos cortos Los días enmascarados en 1954, y cuatro años después, su primera novela: La región más transparente. En ésta, describe la vida en la Ciudad de México en los años 40 y 50. Su uso expresivo y coloquial del lenguaje captó la atención de los críticos, y su segunda novela, La muerte de Artemio Cruz, le brindó reconocimiento como uno de los escritores más prometedores de América Latina.

Al igual que otros autores latinoamericanos de la época, Fuentes combinó su trabajo literario con una carrera diplomática. Pasó la década de los 60 viviendo en Europa, especialmente en París, donde conoció a Octavio Paz, Alejo Carpentier y Julio Cortázar, escritores fundamentales del llamado “boom” latinoamericano.

Fue también a principios de los 60 que Fuentes se involucró por primera vez con el cine mexicano. Se casó con la actriz Rita Macedo en 1959 y durante la siguiente década escribió varios guiones cinematográficos. En 1985, su novela Gringo viejo se convirtió en el primer libro mexicano en la lista de “bestsellers” del New York Times y fue adaptada al cine en Old Gringo (1989), con Gregory Peck y Jane Fonda.

Además de crear valiosas obras de ficción, como Las buenas conciencias (1959), Aura (1962), Terra Nostra (1975) y La silla del águila (2003), entre muchas otras, Fuentes fue un brillante ensayista político. Manifestó su espíritu crítico en una multitud de textos a lo largo de su carrera, brindándonos un ingenioso panorama de la política mexicana e internacional.

Recibió, entre otros, el premio Rómulo Gallegos en 1977, el premio Alfonso Reyes en 1979, el premio Miguel Cervantes en 1987, el premio Príncipe de Asturias en 1994 y la Gran Cruz de la Órden de Isabel la Católica en 2009. Además, fue nombrado miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua en 2001 y recibió doctorados honorarios en instituciones como Warwick, Harvard, Cambridge y la Universidad de California.

Recientemente, el periódico Excélsior publicó varias frases para recordar a Carlos Fuentes. Entre ellas destaca: “Sólo dañamos a los demás cuando somos incapaces de imaginarlos”. Y es que a lo largo de su carrera, Fuentes se dedicó a imaginar a los demás, explorando distintos puntos de vista y viviendo, aunque fuera por un momento, a través de sus personajes; mezclando la realidad y la ficción como un Quijote (mejor dicho, como un Cervantes) del México contemporáneo.

El FICM lamenta la sensible pérdida de Carlos Fuentes, uno de los exponentes más importantes de la narrativa mexicana del siglo XX. Revisitar su obra se vuelve, en estos tiempos difíciles, una tarea esencial para entender mejor nuestro país.

15 de mayo de 2012.