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Entrevista a Charles Tesson, Director Artístico de la Semana de la Crítica

La Semana de la Crítica, sección paralela del Festival de Cannes, tiene como objetivo principal mostrar las primeras o segundas obras de cineastas emergentes de todo el mundo. Charles Tesson es crítico e historiador de cine, nombrado Delegado Artístico de la Semana de la Crítica desde 2011.

La Semana de la Crítica se dedica a dar a conocer el trabajo de nuevos realizadores de todas partes del mundo. Este año, recibieron alrededor de 2.000 obras en total ¿Nos puede contar un poco sobre el proceso de selección de los cortometrajes y largometrajes?

La Semana de la Crítica trabaja con dos comités de selección. El comité de cortometrajes, compuesto de cuatro personas y coordinado por Fabien Gaffez, seleccionó este año diez cortos, de los 1,500 visionados, para la competencia. Por su parte, el gran comité, compuesto por seis personas, seleccionó diez de las 1,100 películas visionadas, siete de las cuales están en competencia. Aunque cada miembro del gran comité se encarga de una sola región (Asia, América Latina, América del Norte, etc.), la selección no se hace en aras de una representatividad por zona. El año pasado, por ejemplo, tuvimos dos películas de América Latina (La Patota de Santiago Mitre, Argentina, ganadora del Grand Premio Nespresso de la Semana de la Crítica; y La Tierra y la Sombra de César Augusto Acevedo, Colombia, acreedora de la Cámara de Oro en el Festival de Cannes) y, este año, ninguna. Seleccionamos una película por su calidad intrínseca, enfocándonos en la evolución y modificación que ésta pueda generar para la percepción cinematográfica. Puesto que seleccionamos primeras y segundas óperas primas, hacemos una apuesta en el futuro, escogiendo a autores e intentando trazar, a través de su obra, los nuevos caminos para el cine.

La Semana de la Crítica ha sido un punto de partida significativo para muchos realizadores que han desarrollado carreras de gran éxito (incluyendo dos directores mexicanos - Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu-). ¿Es esto algo que usted está pensando mientras está programando? Debe sentirse muy orgulloso del trabajo que la Semana de la Crítica ha hecho en los últimos años.

No se trata solamente de evaluar una película por su calidad, sino de vislumbrar en ella una promesa de la cinematografía; intentar anticipar hacia qué tipo de cine puede evolucionar el autor, aunque tenga que cambiar de rumbo. Lo que es importante en una ópera prima es, más que la perfección, la sensación de una personalidad. Aunque una ópera prima contenga fallas o altibajos, lo importante es sentir a una personalidad expresarse, pues es ésta quien hace que la pieza no se parezca sino a eso que tiene ganas de parecerse.
Mientras los cineastas descubiertos comiencen a ser reconocidos inmediatamente, como los nombres que usted menciona, nosotros somos felices. Es nuestro orgullo. Sólo hay que saber ser pacientes y dejar que el tiempo haga su trabajo.

Charles-TessonEste año, el jurado de la Semana de la Crítica está compuesto por realizadores que han ganado en años anteriores. ¿Nos puede platicar acerca de cómo se ha seleccionado el jurado?

Para celebrar esta 55º edición, que es exactamente 50+5, deseamos regresar a nuestra dinámica que, desde la edición 50, en el 2001, consiste en destacar a los cineastas descubiertos por la Semana de la Crítica en los últimos cinco años. De ese modo, la directora y actriz Valéry Donzelli, presidenta del jurado, cuya película La guerre est déclarée inauguró en 2001, será acompañada por Alice Wincocour (Augustine, 2012), Naday Lapid (The Kindergarden Teacher, 2014), David Robert Mitchell (It Follows, 2014) y Santiago Mitre (La Patota, 2015). Todos los miembros del jurado tienen la particularidad de no poder presentar un largometraje en la Semana de la Crítica, pues ya realizaron su segunda ópera prima. Se trata de destacar, a través de ellos, a todos los cineastas que han hecho la Semana de la Crítica desde hace cinco años.

¿Podría hablarnos más a detalle acerca de la Selección Oficial de la Semana de la Crítica 2016? En particular sobre los siete largometrajes en competencia.

Intentamos que la película francesa en competencia sea una propuesta poderosa, que transgreda las costumbres del joven cine francés o que nos lleve a tierras no visitadas. Fue el caso, el año pasado, de Ni le ciel, ni la terre de Clément Cogitore, película de guerra, en Afganistán; y, este año, de Grave (Raw) de Julia Ducournau, que contiene un gran y personal trabajo sobre el cine de género. Cabe destacar las películas asiáticas Yellow Bird de Kesavada Rajagopal (Singapour), vertiginosa inmersión en un Singapur desconocido; y Diamond Island de Davy Chou (Camboya), delicado retrato de una juventud que oscila entre un futuro incierto y un pasado doloroso. El humor está presente en dos comedias francesas: Victoria de Justine Triet, obra inaugural, y Apnée de Jean Christophe Meurisse, en proyección especial; ambas enfocadas a nuestra realidad contemporánea. Es también el caso de Albüm de Mehmet Can Mertoglu, cuyo humor corrosivo, a través de una pareja de clase media que quiere adoptar un hijo, sorprende alegremente y contrasta con la imagen de un cine turco modelado por Nuri Bilge Ceylan. Por su parte, está también One Week and a Day de Asaph Polonski, que narra, con fuertes emociones y humor, el duro regreso a la normalidad de una pareja golpeada por el duelo.
Tres películas, con registros diferentes, tienen como punto en común el viaje: La perturbadora Tramontante de Vatche Boulghourjian (Líbano), sobre un joven cantante ciego en busca de sus orígenes; Mimosas de Olivier Laxe, bajo la forma de relato épico y místico, en las montañas del Atlas marroquí; y Happy Times Will Come Soon de Alessandro Comodin (Italia), experiencia sensorial de la naturaleza a modo de cuento fantástico.

¿Podría hablarnos sobre la alianza entre la Semana de la Crítica y el FICM?

Existe un vínculo muy fuerte entre la Semana de la Crítica y el FICM, del cual estamos muy orgullosos y también encariñados. La iniciativa impulsada por el FICM, gracias a Daniela Michel y Alejandro Ramírez, promovía este acercamiento: la competición de cortometrajes mexicanos enfocada a las óperas primas. Lo más importante es la reflexión en común que nos une. El espíritu de un festival, su manera de relacionarse con las películas que muestra y las personas que acoge, es esencial. Y es a partir de ahí es que se puede construir una relación duradera, con un trasfondo de amistad y estima compartidos. El FICM muestra las películas de la Semana de la Crítica en competencia y la Semana, por su parte, presenta una selección de cortometrajes del festival de Morelia, algunos de los premiados, en una proyección especial. Desde su nacimiento, el FICM ha crecido y evolucionado siempre fiel a su espíritu. Es una hermosa historia que sigue escribiéndose.