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Cine Mexicano en Acción: entrevista con Juan Pablo Arroyo Abraham, director de DÍA SEIS

Gabriela Martínez

La iniciativa de Cine Mexicano en Acción, cuyo objetivo principal es incrementar la cultura cinematográfica mexicana en espacios comunitarios y/o alternativos y casas de cultura de Pátzcuaro y la región lacustre, además de expandir la programación en diferentes ciudades del estado de Michoacán y en el poniente de la Ciudad de México, anunció su segundo ciclo de proyecciones. Este proyecto cuenta con el valioso apoyo de Aeropuertos del Sureste (ASUR) y del Gobierno Federal a través de EFICINE Distribución.

Entre las cintas que se presentarán en este nuevo ciclo se encuentra Día seis, del director Juan Pablo Arroyo Abraham, la cual cuenta la historia de Carmen, una joven actriz, está atrapada entre el amor que siente por Pablo y la relación marital que tiene con Joaquín, el mejor amigo de Pablo. Cuando ella se entera que padece una enfermedad terminal, toma una decisión que cambiará la vida de los tres para siempre.

El Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) tuvo la oportunidad de platicar con el director, quien habló un poco sobre sus motivaciones para realizar la cinta, sobre su experiencia como realizador y sobre la reapertura de la Sala Solaris, un espacio de exhibición de cine de arte ubicado en Morelia, Michoacán.

FICM: ¿Cómo surgió la idea de hacer esta película?

Juan Pablo Arroyo Abraham: Es mi ópera prima, la hicimos en 2015, ya tiene sus añitos y realmente fue una necesidad imperante mía por hacer cine, porque yo había hecho cortometrajes y documentales, pero nunca había hecho un largometraje de ficción. Entonces escribí un guion muy personal, muy intimista, y fui haciendo las cosas; fui contratando a la gente adecuada, haciendo casting y finalmente, en 2015, pudimos filmar la película. Fue un rodaje de 30 días y en 2016 ya la sacamos a exhibición. El primer lugar donde se exhibió fue precisamente en el FICM ese mismo año. Entonces, realmente para mí fue un gran reto. Haber hecho este largometraje fue un momento muy intenso en mi vida. La presentación de la película en el festival fue la patadita de la buena suerte, porque de ahí se fue a muchísimos otros festivales en todas partes del mundo. Ha sido una experiencia muy bonita haber hecho Día seis y haberla exhibido por todos lados.

FICM: Noté que muchas de las locaciones, si no es que todas, están situadas en Michoacán, ¿cómo fue el proceso de selección? ¿buscabas algo que representara el territorio michoacano?

JPAA: Mi idea siempre fue hacerla en Michoacán, no tanto para promover el estado, pues no buscaba plasmar imágenes preciosistas como de postal. La película es un poquito densa. De hecho, las imágenes son un poquito grises, por así decirlo, y siempre pensé en Morelia y en la Costa Michoacana.

Día seis se parte en dos bloques, que es la parte caótica, que es la urbana, la de Morelia, y otra parte más de reflexión que se sitúa en la Costa Michoacana. Primero rodé quince días en la ciudad de Morelia, que fue toda la parte caótica, el estrés extremo. Imagínate, con todos los retos que significa rodar en una ciudad. La segunda fase, que fueron los segundos quince días, los rodamos en una playa que se llama El Bejuco, cerca de Lázaro Cárdenas, en la costa Michoacán, un lugar paradisiaco. Yo no quería que se viera tan bonita la playa, buscaba una playa al estilo de Ingmar Bergman, el director sueco; yo quería algo gris, un mar triste, un mar agresivo en cierta forma, que careciera de todos estos colores y este preciosismo. En ese sentido se logró porque tuvimos la amenaza de un huracán todo el tiempo en el rodaje en la playa. Entonces, estuvo nublado para bien, pero corríamos el riesgo del huracán y de que tuviéramos que cancelar el rodaje.

Realmente sí fue una intención desde el principio rodar en Morelia y rodar en la Costa Michoacana. Originalmente yo iba a filmar en Maruata, una playa que está en Michoacán, pero más cerca de Colima. Sin embargo; por cuestiones de inseguridad de aquel momento, tuvimos que rodar en la zona de Lázaro Cárdenas porque estaba mucho más seguro.

Día seis (2016, dir Juan Pablo Arroyo Abraham)
Día seis (2016, dir Juan Pablo Arroyo Abraham)

FICM: Y al ser este tu primer largometraje, ¿qué tan distinto es hacer un largometraje a un cortometraje?

JPAA: Yo había hecho varios cortometrajes de ficción, después me metí más en el mundo del documental. Al hacer un corto tienes un equipo como de unas diez o doce personas y en un documental tienes un equipo de cuatro o cinco personas. Al hacer Día seis y Alma rotas (2020), éramos 50 personas en el grupo. Entonces, claro que fue un reto de organización. Primero pude escribir la historia, que fue una historia atractiva, que de alguna manera te tocara a ti como espectador. Pero después hay que organizar todo eso. Obviamente había que hacerlo con un productor, entonces yo tenía tres; además estaba yo como director y guionista y el resto del crew. Entonces sí, para mi significó un reto y un cambio muy importante en mi vida. Para mi fue como aprender a hacer cine por primera vez, seguí aprendiendo porque ya había hecho cine anteriormente, cortos y documentales, pero fue mi primera gran experiencia como cineasta.

FICM: En tu experiencia, ¿qué tan distinto es hacer un documental a hacer ficción?

JPAA: En la ficción todo es mucho más esquemático, hay muy poco margen de error y muy poco margen de improvisación. En el documental, dejas un 40% de margen para las sorpresas que te puedan surgir durante el rodaje. Al hacer un documental yo no hago un guion, hago como una guía, mientras que al hacer un largometraje de ficción, sí hago un guion super estructurado y trabajo en preproducción. Sobre todo trabajo con la directora de fotografía, que en el caso de ambas películas fue Ana Soler Sepia, española que reside en Morelia, y con ella trabajé como cuatro meses antes para hacer toda la planeación.

Hago el guion, lo reviso, hago como quince o 17 versiones del mismo hasta que ya quedo más o menos satisfecho y después me lo llevo con la directora de fotografía para empezar a hacer los planos. Es decir, ¿cómo te imaginas esta escena? ¿Cómo te imaginas esa situación? Y empezamos a hacer el desglose de los planos al mismo tiempo que están todos los productores haciendo todo el desglose de presupuestos, de locaciones, de necesidades técnicas y humanas dentro del rodaje.

FICM: Después de su presentación en el festival, la película recibió premios en Barcelona, en Lituania y Estados Unidos. ¿Cómo fue tu experiencia presentando la película en esos distintos lugares?

JPAA: Mira, fue una parte que yo disfruté muchísimo porque intenté ir a casi todos los festivales presencialmente, a las sesiones de preguntas y respuestas. En cada país vieron la película de una manera diferente. Por ejemplo, Día seis trata sobre un triángulo amoroso y es una mujer que le pone el cuerno al marido con el amor de su vida. En México estuvo muy mal visto, pues "¡Qué mujer tan canija!", "Dios la va a castigar", ¿no? En Nueva York dijeron "Qué bueno que la mujer le puso el cuerno al marido porque es muy aburrido, no la pela", y en Lituania simplemente no dijeron nada, fue más un "Claro, es un triángulo amoroso. Es una relación abierta. Pues qué tiene de malo". Entonces, culturalmente fue muy enriquecedor ver cómo reaccionaba cada tipo de público porque, aunque estamos en un mundo globalizado, la cultura, la forma de pensar sigue siendo muy particular en cada país. Normalmente juzgamos a la mujer porque "es canija" y al hombre nunca lo señalamos aunque a veces es más canijo, pero bueno, ya ahí sería meterse en otros temas.

Día seis (2016, dir Juan Pablo Arroyo Abraham)
Día seis (2016, dir Juan Pablo Arroyo Abraham)

FICM: ¿Crees que hoy en día, en 2023, la percepción de la película sea distinta?

JPAA: Yo creo que sí. Claro, vamos evolucionando un poquito, pero no es de la noche a la mañana. O sea, yo creo que un cambio de percepción toma muchísimos años y te estoy hablando de 20, 30, 40, 50 años. Los grandes cambios sociales han surgido a través de la historia, pero son periodos de 40 años, no es un periodo de tres o cuatro. Sí han habido revoluciones que sorprenden e impactan en un día, en dos, en diez, pero realmente la transformación viene después y esa nos puede tomar mucho tiempo. Yo creo que hoy seguimos. Mientras sigua habiendo gente machista viva, va a seguir existiendo esa forma de pensar.

Hablando un poquito del tema de género, creo que tenemos muchos problemas, creo que esos cambios se van a ir dando de manera paulatina y en algún momento, esperemos, podamos tener un mejor mundo, ¿no?

FICM: ¿Consideras que el cine tiene un papel importante en este cambio de perspectiva?

JPAA: Totalmente. El cine es uno de los escaparates más poderosos que pueden existir. Claro que también la literatura y todas las disciplinas artísticas, pero el cine, con el alcance que tiene, pues se vuelve un transformador social. Para mi el cine es una de las herramientas más poderosas que existen para transformar una sociedad.

FICM: Recientemente reabrió la Sala Solaris y está convirtiéndose nuevamente en un espacio alternativo de exhibición en Morelia, ¿crees que sea una oportunidad para abonar a este cambio de mentalidad gracias a la apertura a distintas formas de expresión audiovisual?

JPAA: Reabrimos hace un mes y medio. Llevaba 17 años cerrada la sala como tal. Hemos hecho cinco funciones, entre ellas Día seis, y se ha invitado a las personas no solamente a que vean la película, sino a que las discutan. Entonces, ¿qué ha sucedido? Que las salas han llenas y he visto la respuesta del público, están ávidos de ver contenidos como estos, porque ir a ver cine comercial no tiene nada de malo, pero de repente queremos ver películas que te hagan vibrar, que te cambien algo en ese momento y de paso tener la oportunidad de discutirla con alguien. Entonces, ¿qué espero yo de Solaris? Que se convierte en un laboratorio de emociones, que la gente siga yendo a las funciones, que las desmenuzamos, que las destruyamos y que de ahí salgamos tocados de alguna manera.