14 · 12 · 23

11er y 12° FICM en documental: EL CUARTO DESNUDO, ELEVADOR, QUEBRANTO, MATRIA, BERING, LA DANZA DEL HIPOCAMPO y más…

Rafael Aviña

Desde su nacimiento, el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) brotó del entusiasmo por aportar nuevas rutas a una industria en crisis y cooperar de manera decisiva en el panorama de nuestra cinematografía, con un estilo distinto y un nuevo cine que germinaba con fuerza. Así, siempre con un paso adelante, qué mejor demostración que el programa de su décimo primera emisión, que en el año 2013 presentaba, entre otros excepcionales largos de ficción, Workers, La jaula de oro, Somos Maripepa, Club Sandwich, González, La vida después y Los insólitos peces gato. En esa edición, la indiscutible ganadora del Ojo a Documental Mexicano en el Festival de Cine de Morelia fue para El cuarto desnudo (2012), de Nuria Ibáñez, galardonada a su vez con el premio a Mejor Documental realizado por una mujer.

El cuarto desnudo, drama documental inclemente, sucinto y respetuoso, centra su propuesta en una serie de conversaciones entre médicos, trabajadores sociales, padres de familia, niños y adolescentes del Hospital Psiquiátrico Juan N. Navarro. Lo que sucede en esas pláticas a lo largo de poco más de una hora, resulta desgarrador debido a los tristes testimonios sobre la violencia, la falta de comprensión y la soledad en un país cuyo tejido social se desgarra día a día. La realizadora observa con la frialdad de un escalpelo la cotidianidad de ese hospital donde conviven padres irresponsables o desesperados y menores que cargan con abusos y maltratos de adultos que a su vez vivieron historias similares, en este crudo y excepcional retrato del horror cotidiano que evita todo asomo de manipulación o melodrama.

Por su parte, la Mención Especial recayó en el muy original documental Elevador (2012), dirigido por Adrián Ortiz Maciel, que toma como pretexto ese reducido espacio de convivencia que son los ascensores del CUPA (Conjunto Urbano Presidente Alemán) en el que se encuentran de manera fugaz los habitantes de esa otra ciudad de 1080 departamentos. Notable modelo de vivienda “moderna”, el Multifamiliar Miguel Alemán, emblema por excelencia del Alemanismo (1946-1952), proyectado por el Arquitecto Mario Pani, fue concebido con toda la infraestructura y servicios para más de mil departamentos en 12 edificios. Fue el primero que incluyó jardines, locales comerciales, lavandería, guardería infantil, dispensario médico, auditorio, salas de cine y alberca, y se inauguró en 1949. Por supuesto, esas paredes, amenidades y elevadores pronto se incorporaron a las tramas fílmicas, como lo demuestran entre otras: La bienamada, La ilusión viaja en tranvía, Los Fernández de Peralvillo, Maldita ciudad, ¿A dónde van nuestros hijos?, González o El cielo dividido.

El Premio Guerrero de la Prensa fue para el documental Quebranto (2013), de Roberto Fiesco, cuya ópera prima se sumerge en los sueños y recuerdos de un personaje fascinante en un universo frágil y demoledor. La vida de Fernando García Ortega “Pinolillo”; exniño actor de filmes como Fe, esperanza y caridad en el último episodio dirigido por Jorge Fons, El hombre del puente, La casa del sur o La india, y el de su madre Lilia Ortega “Doña Pinoles”, actriz de reparto o extra. Al crecer, Fernando se convierte en bailarín sin dejar la actuación y asume su homosexualidad como travesti bajo el nombre de Coral Bonelli, él y su madre siguen viviendo juntas en la zona de Garibaldi añorando el pasado y su paso por el cine donde continúan actuando. Finalmente, el Premio Klic fue para Atempa, Sueños a orillas del río (2013), en el que su realizador Edson CaballeroTrujillo narra la historia de Tino, exniño muxe, homosexual zapoteco que al llegar a la adolescencia asume el rol de mujer para solucionar su economía y su pasado y alcanzar su sueño de trastocarse en quinceañera y reina.

Para 2014, el FICM llegaba a su décimo segunda edición, entero y vigoroso con un excepcional ciclo de Cine Negro Policiaco Mexicano y, recuperando las Jornadas de Cortometraje, a 20 años promocionadas por la misma Daniela Michel, fundadora y directora general del festival. Ese año exhibió largos de ficción alucinantes como: Los muertos, Me quedo contigo, Carmín tropical, Hilda o Güeros, y el premio Ojo a Documental Mexicano fue para Matria (2013), ópera prima del realizador Fernando Llanos: insólito y divertido trabajo que revelaba asuntos familiares, como el hecho de que su abuelo Antolín Jiménez, un masón, presidente de la Asociación Nacional de Charros que en 1942 formara “La Legión de Guerrilleros Mexicanos”, una agrupación de cien mil charros que se entrenaban para repeler una posible invasión nazi a México, tuviera otra esposa anterior. Es decir; la familia de Llanos era en realidad la llamada “casa chica”, hasta el fallecimiento de su primera mujer. Todo ello, en paralelo a la creación de ese universo machista de nación y patriotismo a ultranza, que combina lo intimista familiar con la formación histórica y política de manera eficaz y entretenida. 

Lourdes Grobet obtuvo el premio al Mejor Documental Realizado por una Mujer con: Bering. Equilibrio y resistencia (2013), un retrato de los habitantes del Estrecho de Bering, habitantes de una inhóspita región en donde se analiza los aspectos fundamentales de su vida cotidiana, sentido de pertenencia, el contraste entre sus tradiciones y el mundo moderno, y la lucha por la supervivencia cultural. Y las Menciones Especiales fueron para: La danza del hipocampo (2014), de Gabriela Domínguez Ruvalcaba (a su vez, Premio Guerrero de la Prensa), inquietante documental-ensayo sobre la búsqueda autobiográfica en el que imagen y remembranza familiar se entrelazan, así como: Sporen (Huellas) (2014), de Diego Gutiérrez y Danniel Danniel, sobre el olvido, la muerte, la memoria y las huellas de una vida en la tierra.