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La libertad del diablo, la cara oculta de la violencia, en el 15º FICM

El cineasta mexicano Everardo González presentó en el teatro Melchor Ocampo su documental La libertad del diablo (2017) durante las actividades del 15º Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).

La película aborda la violencia a través de entrevistas a víctimas y victimarios. Por medio de los testimonios, se conocen sus miedos y su relación con la sociedad indiferente.

“Me siento más cómodo del lado de los cronistas que del medio cinematográfico”, explicó Everardo al contar que comenzó el proyecto cuando estaban por cumplirse diez años de la llamada “guerra contra el narcotráfico" en diciembre de 2006.

Everardo González.

“Me parecía una cosa muy bizarra el “ejecutómetro” (que manejaba un periódico de circulación nacional). Parecía una casa de bolsa que operaba bien, que se incrementaba e incrementaba. No tenía claro qué hacer sobre este proyecto”, dijo el director de los documentales El Paso (2015), Cuates de Australia (2011), El cielo abierto (2011), Los ladrones viejos. Las leyendas del artegio (2007) y La canción del pulque (2003).

Rememoró que mucho se preguntaba sobre quiénes eran los responsables de la violencia: “¿Los gatilleros o quienes tenían el poder de ordenar que esos gatillos se jalaran? Esa fue la primera intención de acercarme a ellos”.

Para la película, pidió que los involucrados usaran una máscara como un ejercicio estético, en el que además están mirando a los ojos al público: “Muestra cómo somos como sociedad a través del anonimato, de lo que somos capaces de hacer detrás de una máscara. Eso era también quitarles el rostro a las víctimas”.

Ante unos 60 espectadores, Everardo habló también sobre la figura del narco, que es vista con agrado en películas o series: “Estoy en contra de que se alabe la figura del narco, no me gusta, pero se volvió redituable en una sociedad de consumo en la que estamos metidos todos. Es más fácil ver El señor de los cielos que esta película. Las películas como las que hago necesitan legitimarse”.

Al final, el cineasta mexicano lamentó que la violencia no ha parado: “El contacto permanente con lo atroz nos hizo espectadores de la violencia. Con el espectáculo de la sangre en México la sociedad se bloqueó, dejó de escandalizarse con un muerto, que dejó de ser un muerto, ya no eran nota hasta que había cuerpos desmembrados”.

La libertad del diablo ganó el Premio Impulso Morelia del 14º Festival Internacional de Cine de Morelia y este año obtuvo el premio Amnistía Internacional para documentales de la Berlinale, el Premio Guerrero de la Prensa del Festival Internacional de Cine en Guadalajara y formó parte de la Gira de Documentales Ambulante 2017.