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Función de Fando y Lis y El ladrón de voces

Dentro de la retrospectiva dedicada a Alejandro Jodorowsky, Invitado de Honor del 11º FICM, se presentó Fando y Lis (1968) en Cinépolis Centro.

La función fue precedida por el cortometraje El ladrón de voces, de Adán Jodorowsky, quien comentó: “En mi primera obra cinematográfica mi hermano Cristóbal hace el papel principal. No sé qué vayan a pensar, pero no me preocupé por lo que iba a pensar la gente. Es un grito del alma, y lo hice, y necesitaba hacerlo, y así fue. Espero lo disfruten mucho”.

Daniela Michel, directora del FICM, consideró un honor la presencia de Adán y Brontis Jodorowsky en la retrospectiva, así como la presentación del cortometraje de Adán en ese marco: “Se los agradecemos en el alma, sentimos que ustedes son mexicanos”, a lo que Brontis secundó: “legalmente lo somos”.

Terminada la proyección de ambas películas, Alejandro Jodorowsky tomó la palabra e hipnotizó a los asistentes con una improvisada, cálida e íntima plática:

“Hice esta película hace más de 50 años y entiendo por qué me querían linchar. Cuando llegué a México había películas de vaqueros, de charros, de Tin Tán y del Santo, eran muy buenas pero imaginen las mentes de las personas que vieron esto, me querían matar. Lo que yo quise hacer fue algo absolutamente no folclórico. A mí me parece que Fando y Lis tiene una actitud cinematográfica libre, no hay ningún intento comercial de entretener, sino de sacar todo lo que uno lleva dentro. Es la búsqueda alquímica del amor.”

“Cuando uno hace una primera película, no sabe lo que es una película, no tiene concepción de la totalidad. El guión es una concesión a los productores que quieren controlarte. ¡Me cago en el guión! Sólo sirve para organizar las tomas y calcular los días de rodaje. Al momento de filmar aparecen milagros y yo quería expresarme sin concesiones.”

Jodorowsky narró cómo consiguió el financiamiento para realizar Fando y Lis: “Hice mucho teatro y mi ayudante de dirección tenía Síndrome de Down, yo lo traté muy bien y él fue feliz, pero murió trágicamente. Su padre estaba tan agradecido conmigo que produjo Fando y Lis. Tengo un ego bastante desarrollado, soy humano. Yo influí a mucha gente. Abrí el ambiente y la posibilidad para que se expresaran muchas personas. Rompí los límites y le di miedo a Hollywood. Quería hacer una película de 12 horas, lo que ahora se hace. El director filma y debe filmar lo que tiene que filmar sin rodeos. Que se vea lo que se tiene que ver.”

Interrogado sobre la sensación de haber encontrado el amor, contestó: “El amor produce paz. Estoy muy interesado en la alquimia y el trabajo alquímico no lo puedes hacer sólo. La naturaleza tiende a reproducirse. La pareja sagrada, si se comprende sexual, espiritual, emocional y materialmente puede ayudarse mutuamente a realizar la gran obra individual. Hay que liberarse de la familia y encontrar a la persona que te corresponde. Alrededor del encuentro se expande tu mundo. Hay que salir del “Yo” para que aparezcan los sentimientos sublimes: el amor a la humanidad, a los que vendrán, a los que existieron, aprendes a dar y aparece la generosidad. Lo que das te lo das, y lo que no, te lo quitas.”

Alejandro Jodorowsky contestó dos preguntas que ya había aclarado en la conferencia magistral del miércoles pasado: “Las violaciones y los mutilados están en mis películas porque eso está en el mundo. El mundo está lleno de violación y de mutilados. Todo mundo hace como que no existieran. Eso está. Sobre las influencias debo decir que el cerebro humano siempre tiene que comparar algo y le cuesta entender lo nuevo. A mí me gusta mucho el cine y todos los días veo una película. Pero lo que yo hago no se parece a nadie. No imito a nadie. Hago lo que yo quiero hacer. No es que sea vanidoso. En Fando y Lis me estoy buscando. Para eso hay que encontrar tu estilo, tus paisajes y tus sitios. Y algo muy importante: no se dejen dominar por los fotógrafos. El cine no es foto. Todo está al servicio del creador que es el director”.

Finalmente, el maestro sentenció: “El cine es un arte, no debería ser un negocio ni una industria. La publicidad de la película cuesta lo mismo que hacer la película. En Fando y Lis no hicimos publicidad. Rompí la publicidad. Si es arte, ¡no publicidad! Y que no la hagan los actores porque dicen puras tonteras, excepto mi hijo Brontis. Yo estaba adelantado muchos años, cuando eres un artista honesto estás adelantado a tu tiempo y la gente lo comprende 30 años más tarde. Pero, sobre todo, no deben olvidar esto: para triunfar hay que aprender a fracasar.”