03 · 02 · 16 Función de Plaza de la Soledad en Sundance 2016 Compartir en twitter Compartir en facebook Compartir con correo Copiar al portapapeles Antonio Harfuch Álvarez (@antonioharfuch) La última función del documental de la fotógrafa y realizadora mexicana Maya Goded, Plaza de la Soledad, en el Festival de Sundance 2016, contó con la presencia del actor y director mexicano Diego Luna, de Daniela Michel, directora general del FICM, y de Alejandro Ramírez Magaña, presidente del FICM. Los tres reconocieron la calidad del trabajo, la composición original de las imágenes y la humanidad con la que Goded se acerca a cada una de las mujeres que retrata a pesar de la evidente fatalidad de su contexto y de su oficio como sexoservidoras. La directora, que hace su debut cinematográfico con Plaza de la Soledad, afirmó que su intención era que el documental pudiera ser un espejo en donde ellas puedan verse tal y como son. “Quería que se conmovieran, que lloraran al verse” dijo Goded. En el documental se plasma la vida diaria de estas mujeres sin prejuicios ni miramientos, sino con una humanidad que es reconocible y universal. Leonardo Heiblum, Martha Sosa y Maya Goded. El documental fue acogido positivamente por la crítica de Estados Unidos, en el sitio Film Stage, Daniel Schindel escribió: “algunos documentales observan, este más bien escucha”. Un trabajo original que replantea la mirada que el cine documental ha hecho sobre la prostitución a través de unos ojos que miran de igual a igual, sin ángulos distantes ni sentimentalismos. Un retrato complejo y angustiante sobre la vida y decadencia de mujeres que descubren que su oficio no es su destino. “Lo veo como un diálogo entre ellas y yo, yo tenía cosas en mente para ellas, luego me di cuenta que ellas también tenían cosas que decirme sin yo intervenir”, afirmó Goded. Goded acompaña, en este vivo y colorido retrato, a mujeres que responden con independencia a la vida en cada una de sus esferas más íntimas, en donde ellas logran reconocerse así mismas al verse en pantalla. Un reflejo digno y justo de una realidad que parece lejana pero que está llena de esas plazas de soledad por las que todos han atravesado.
