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XV años, 15 ediciones: FICM 2010, 8ª edición

“Quien no ha ejercitado su músculo emocional, va a quedar un poco adolorido. No pongan resistencia”, advirtió Alejandro González Iñárritu antes de que iniciara la proyección de Biutiful, película que inauguró la octava edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).

En la ceremonia de inauguración del festival, que se llevó a cabo del 16 al 24 de octubre de 2010, estuvo también presente el actor Javier Bardem, así como parte del elenco y del equipo de producción de la cinta nominada al Globo de Oro y al Oscar por Mejor Película Extranjera.

A González Iñárritu y Bardem se sumaron como Invitados Especiales el director francés Nicolás Philibert, que regresó a Morelia para el estreno de su documental Nénette; el realizador y productor francés Serge Bromberg, quien presentó su espectáculo Retour de Flamme; el director estadounidense Terry Gilliam, de quien se hizo una retrospectiva; el realizador Fernando Trueba, que presentó El baile de la victoria; los directores Quentin Tarantino, Lucrecia Martel y Doris Dörrie; y los actores Danny Trejo, Diego Luna y Edgar Ramírez.

Ese año, el FICM aprovechó para unirse a las celebraciones por el centenario de la Revolución Mexicana con el programa “La Revolución Mexicana en el cine nacional”, que presentó Los zapatos de Zapata (dir. Luciano Larobina, 2000) y Gertrudis (dir. Ernesto Medina Torres, 1992).

A propósito de la reciente muerte de Carlos Monsiváis, el FICM le dedicó una selección de sus películas favoritas. “Las imprescindibles de Monsiváis” incluyó cintas como Enamorada (dir. Emilio Fernández, 1946), Nosotros los pobres (dir. Ismael Rodríguez, 1947) y Aventurera (dir. Alberto Gout, 1949), entre otras.

También ese año se celebró el 50 aniversario de la Filmoteca de la UNAM, con la proyección de cintas restauradas de la colección de los hermanos Alva, pioneros del cine mudo en México, filmadas de 1907 a 1913 en Michoacán.

Alejandro Ramírez, Cuauhtémoc Cárdenas Batel y Daniela Michel hablaron sobre el camino que aún le faltaba andar al festival. “Pero estamos muy orgullosos del camino ya recorrido y del aporte hecho como foro de reunión, de expresión, de reflexión y de aprendizaje. En este 2010, año tan significativo para nuestro país, el FICM quiere contribuir con su granito de arena y reafirmarse como un espacio abierto y plural, donde el debate genere ideas que nos ayuden a superarnos como nación”.

Conoce más de lo que se vivió en la octava edición del FICM.