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¿Qué es el efecto Kuleshov?

Si has tomado algún curso de lenguaje cinematográfico es probable que hayas aprendido algo sobre el famoso efecto Kuleshov, un elemento clave del montaje. Para aquellos que aún no les queda claro qué es eso y con qué se come, preparé una introducción al término que incluye varios ejemplos célebres, así que incluso los expertos tienen razones para leer hasta el final.

El teórico de cine David Bordwell explica el efecto Kuleshov con una frase muy sencilla “lo que sucede entre cada toma, sucede entre tus orejas”. Es decir que, de acuerdo con las convenciones del cine con las que nos hemos familiarizado desde hace poco más de un siglo, los espectadores entendemos que una toma tiene algo que ver con la siguiente y hacemos un esfuerzo creativo por establecer una relación, pero esa relación no existe por sí sola en el material. Alfred Hitchcock lo demuestra de manera muy simpática en el siguiente video, en donde una misma reacción adquiere significados muy distintos:

El cineasta soviético Lev Kuleshov fue el primero en analizar este fenómeno, aunque no fue el primero en utilizarlo, la convención ya se había establecido en Estados Unidos y hasta la fecha es parte esencial de la narrativa del cine clásico. Pero a principios del Siglo XX, Kuleshov y su notable estudiante Sergei Eisenstein estaban interesados en la manera en la que el cine estadounidense manipulaba las emociones de la audiencia y estudiaron el trabajo de D.W. Griffith en particular para aprender de las posibilidades del montaje. Posteriormente, adoptaron y adaptaron los mecanismos del cine capitalista y burgués para apoyar a la causa soviética.

El efecto Kuleshov recibió su nombre a partir de un experimento en el que el cineasta intercaló la misma expresión ambigua del actor Ivan Mozzhukhin (o Mosjoukin) con un plato de sopa, un bebé sobre un ataúd y una mujer con poca ropa. Lo puedes ver a continuación:

Aunque los dos ejemplos citados hasta ahora parecen indicar lo contrario, el efecto Kuleshov no se limita a las expresiones faciales. Eisenstein profundizó en la costumbre que tenemos los espectadores de relacionar una toma con la siguiente y creó toda una teoría cinematográfica basada en este fenómeno: el montaje dialéctico. Para Eisenstein, el cine debería comunicarse con la audiencia a través del choque de dos tomas (tesis y antítesis), cuyo sentidos separados generarían una nueva idea en la mente del espectador. Aquí puedes ver uno de los ejemplo más famosos de este tipo de montaje, un fragmento de Octubre (1928) en donde Eisenstein enfrenta distintas imágenes religiosas para “guiar” al público a una conclusión sobre la religión en general:

Ya sea en el contexto de la edición clásica de Hollywood o del cine soviético, el experimento de Kuleshov es una demostración sencilla de algo en lo que Bordwell (entre otros pensadores del cine) ha insistido: la audiencia tiene un papel sumamente activo en la construcción de cualquier película.

Para más información, recomiendo el artículo "Hitchcock on the Filmmaker’s Essential Tool: The Kuleshov Effect" del portal Open Culture y el blog Observations on Film Art, de Kristin Thompson y David Bordwell.