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Películas que inspiraron a Andrei Tarkovsky

En una entrevista con Naum Abramov en 1970, Andrei Tarkovsky describió al cine como "una forma de arte que sólo un pequeño número de directores en realidad han llegado a dominar, y que se pueden contar con los dedos de una mano".

El particular lenguaje cinematográfico de Tarkovsky nació, sin duda, de los filmes que le gustaban. Cada una de las películas que figuran a continuación, y los directores que las crearon, jugaron un papel decisivo en la conformación del estilo de Tarkovsky.

Earth (1930), de Alexander Dovzhenko

"Si uno tiene absoluta necesidad de compararme con alguien, debería ser con Dovzhenko. Fue el primer director para quien el problema de la atmósfera era particularmente importante. " Andrei Tarkovsky

Para el rodaje de El Espejo (1975), Tarkovsky sembró un campo de trigo sarraceno en la pre-producción para recrear sus memorias de la infancia y los fascinantes paisajes de Dovzhenko. El resultado es una de las escenas más famosas de la película, una amalgama perfecta de la memoria y los sueños: un médico se levanta del suelo y una milagrosa ráfaga de viento va hacia la cámara.

L'Atalante (1934), de Jean Vigo

La influencia de Jean Vigo es evidente en la construcción del espacio en Tarkovsky. La película debe ser un espacio emocional, donde un director debe transmitir lo que ha experimentado. También creía que la puesta en escena debe permitir al espectador tener su propia lectura. Tarkovsky hizo referencia a una escena del principio de L'Atalante, donde los recién casados salen de la iglesia  y caminan en torno a tres grandes montones de heno en su camino. "¿Qué es esto? ¿Un ritual, una danza de la fertilidad? ", se pregunta Tarkovsky, "No, el episodio es importante no por su narración, no por su simbolismo, ni porque sea una metáfora visual, sino que es concreto saturado de existencia. Vemos una forma llena de sentimiento."

Diario de un cura rural (1951), de Robert Bresson

A pesar de que los estilos de Tarkovsky y de Bresson fueron estéticamente diferentes - las tomas largas de Tarkovsky y el estilo fragmentado de Bresson - Tarkovsky admiraba enormemente el compromiso de Bresson con el realismo. Para Tarkovsky el Diario de un cura rural era la película más grande que había visto, enamorado de la capacidad de Bresson por prescindir de la exageración en su búsqueda de la verdad. La teología cristiana era un tema recurrente en ambos directores. La angustia y los sacrificios sufridos por las personas que viven en un mundo materialista son puntos centrales en la obra de los dos cineastas.

Nazarín (1959), de Luis Buñuel

En Esculpir el tiempo, el libro de Tarkovsky en el que explica el papel del arte y del cine, describe a Luis Buñuel como "el portador, por encima de todo, de la conciencia poética", y colocó a Nazarín en el número tres de su lista de las diez mejores películas jamás hechas. Buñuel es mejor conocido por su surrealismo iconoclasta, sin embargo fue la elevación de la vida cotidiana al terreno fílmico lo que inspiró Tarkovsky. También admiraba la yuxtaposición lúdica de las imágenes que lograba Buñuel, algo evidente en la estructura no lineal del El Espejo (1975) y Stalker (1979), donde Tarkovsky emplea las cualidades mágicas para interrumpir el tiempo y el espacio.

Trono de sangre (1957), de Akira Kurosawa

Tarkovsky no era un fan de Trono de sangre. No le gustaba la forma en que Akira Kurosawa "copió la trama de Shakespeare de una manera superficial", como él decía, pero era un admirador de la obra del cineasta japonés en su conjunto. Sin embargo, hay una escena de Trono de sangre que Tarkovsky respetaba. Cuando el ejército de Washizu se pierde en la niebla, Kurosawa utiliza un árbol memorable para transmitir desorientación. La vista recurrente de este mismo árbol deja en claro que los jinetes han dando vueltas en círculos. La habilidad de Kurosawa para articular esta confusión a través de los movimientos de la cámara y la puesta en escena, en lugar de diálogos, es lo que Tarkovsky admiraba.