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Entrevista a Michael Rowe en el 13º FICM

La 13ª edición del FICM contó con la presencia del director Michael Rowe, quien fue merecedor de la Cámara de Oro del Festival de Cannes en 2010 por su ópera prima Año bisiesto y que en esta ocasión presentó en Morelia su proyecto más reciente Early Winter. En entrevista con el FICM, Rowe habló sobre su trilogía cinematográfica, sobre su trabajo como director y compartió un pequeño adelanto de su nuevo proyecto.

En tu trabajo hay un estudio profundo sobre la soledad, ¿cómo ha sido este trayecto desde el punto de vista de tu cinematografía?
M.R. La soledad es uno de los grandes temas de la literatura, del arte. El aislamiento inherente al ser humano simplemente por la manera en que estamos construidos. Inevitablemente estamos aislados del otro, y mucho de lo que me interesa es explorar cómo se articulan las estrategias para sobrellevar eso, para tender puentes y para intentar comunicarse con el otro. Lo hice en tres diferentes etapas de la vida, en una aproximación muy orgánica porque tiene que ver con mi vida.

Michael Rowe Michael Rowe en el 13º FICM.

Desarrollas sus propios guiones y este proceso requiere de un ejercicio interior, por lo tanto, es más solitario que el trabajo de dirección. ¿Cómo vives la soledad de la creación artística y esta dualidad entre la escritura y el rodaje?
M.R. Yo llegué a la dirección a través del guión. Soy escritor de formación y veía siempre el proceso de dirección como técnico, aburrido... No me interesaba nada. Nunca pensé que sería apto para dirigir. Y después de una década de tratar de levantar el proyecto y poner el guión en una mano ajena, pensé “ni que fuera tan difícil”. Me compré un par de libros sobre dirección y descubrí que me encanta dirigir. Mi trabajo como director es conocer bien a los personajes, el guión, el arte, elegir bien a los actores y ayudarles a entender a estos personajes, pero mi trabajo básico es saber lo que necesito. A los cuarenta minutos de mi primer rodaje me di cuenta que este soy yo y esto es lo que hago. Disfruto mucho el rodaje porque estás muy acompañado, considerando que escribir implica de uno a seis meses encerrado en un cuarto, luchando con tus peores demonios sin poder pedir ayuda o una opinión. Y no puedes mostrar el trabajo en proceso porque las opiniones te van a desviar del lugar donde tienes que ir. Tu única guía es ese hilo delicado de las voces de los personajes. Y es un proceso duro, lloro mucho por lo general, sufro mucho, pero bueno, donde lloro escribiendo el guión, llora la audiencia y es algo muy curioso. Es como ser una abeja: tienes que dejar tu vida en el piquete que das. Definitivamente mi proceso preferido es la dirección.

Probablemente consiste en un intento de ruptura de esta soledad y te entregas en el cine en un ejercicio de comunicación...
M.R. Sí. Hay una comunicación indirecta con la audiencia. Me encanta que la gente diga que se refleja en mis películas, no sabes cómo me conmueve porque es la prueba que algo que yo pienso desde dónde estoy, desde mi encierro biológico, psicológico... lo que es cierto para mi es cierto para otros seres humanos. Mis demonios y mis miedos pueden ser ciertos para todos, es decir, que todos estamos igual. Y eso me parece una manera genial de trascender la soledad. Y no es la manera más sencilla de hacerlo, hay que juntar varios millones de dólares y es mucho trabajo durante tres años, sería mucho más sencillo escribir un poema, pero es lo que hago y para lo que soy bueno.

A mí, en lo personal, me conmueve el retrato que haces en Early Winter de este relato intimista de una profunda soledad acompañada...
M.R. Eso es. Eso es lo que me impactó. Yo estuve casado nueve años y nunca me imaginé eso. Es un fenómeno muy fuerte estar casado y estar solo, todo viene de adentro. Y hay ciertos elementos que retomé de la vida a mi alrededor, pero las experiencias profundas, íntimas, uno las saca de uno mismo.

¿Esta trilogía cierra el tema de la soledad o continuarás explorando este tema en tu siguiente proyecto?
M.R. No puedo decir todavía, pero la siguiente película viene en camino. Una cosa muy fuerte, muy aventurada. Es un remake de una película muy importante. De las más sagradas.